El 4 de Julio por la noche llegabamos de la clínica y nos encontramos con una inesperada noticia en la página oficial de FOLTRA
Final de Foltra
Quizás esto llegue en un momento de agotamiento total; quizás sea también producto de la depresión que producen la incomprensión y los ataques sin sentido, y quizás dentro de unos días todo vuelva a la normalidad, pero lo que ahora deseo es que Foltra finalice ya su andadura. Las bases están sentadas, para quien las quiera ver y actuar en consecuencia, por tanto nuestra misión ha terminado. Ojalá que haya otros que la continúen.
Todo empezó en 2002, hace ya 8 largos años. En ese tiempo he tratado de difundir aquello en lo que creía, por mis bases fisiológicas de 40 años de profesor universitario, y mis convicciones personales acerca de que estaba haciendo lo correcto; los resultados clínicos y experimentales lo corroboraban.
En estos años hemos devuelto a la sociedad, trabajo, vida familiar, etc, a más de 100 personas, previamente desahuciadas por los servicios de salud, públicos y privados. Ello nos produjo, me produjo, una gran satisfacción, porque como médico aprendí de mi padre, cirujano de prestiigio, primero, y mi jefe y amigo, el Profesor Don Ramón Dominguez, catedrático de Fisiología, después, que por encima de los protocolos médicos estaba la persona, el paciente. Pero llega un momento en el que uno se siente cansado de luchar contra la ignorancia, la incomprensión, y, quizás la envidia ante lo que en silencio se consigue con sentido común y conocimiento.
A mis 64 años, con 5 operaciones sufridas en 2009 y una en 2010, con graves errores médicos, no quirúrgicos, que pudieron haberme costado la vida y que perdoné sin dudarlo, no puedo ya soportar más dudas, más presiones y más insidias. He dedicado mi vida a la enseñanza en medicina, al hospital y a la investigación. He dedicado mi vida a ayudar a los demás, como mi padre y mi jefe me enseñaron. Más de 20.000 médicos se formaron en la parte que a mí me correspondía enseñarles. Muchos de ellos son hoy Catedráticos de Universidad, Investigadores del CSIC, Jefes de Servicio, pero no puedo ya afrontar el que ahora se dude de qué hago y por qué lo hago. No puedo ya soportar el que desde yba Federación de Daño Cerebral (Fedace) se presente una denuncia contra mí y el Proyecto Foltra, que ha llevado y lleva a inspecciones sin sentido, en vez de intentar conocer la verdad que puede ayudar a muchos. No puedo soportar ya el que se denieguen ensayos clínicos con argumentos propios de escuela primaria. No puedo soportar ya la burocracia que retrasa y retrasa la puesta en marcha de tratamientos beneficiosos. Jamás he cobrado un euro por mi trabajo, al margen de lo que es mi sueldo como Catedrático de Universidad y Jefe Clínico del Hospital. No puedo soportar ya el contestar a cientos de correos diarios pidiendo una ayuda que la sanidad no les da. He atendido solicitudes de muchos países del mundo a través de Internet y he solucionado muchos de estos casos por el mismo medio. Pero no aguanto más. Las bases están sentadas y quien quiera hacer uso de ellas continuará la labor que un día, hace ya 8 años, empezamos. No quiero que se me atribuyan declaraciones en medios que yo no he hecho, y menos aún que se me critique por ello. No quiero que un protocolo de ensayo clínico cuya base médica diseñé yo mismo se tergiverse y malinterprete. No quiero estar saliendo al paso continuamente para aclarar y desmentir. No quiero continuar en un continuo stress provocado por maledicencias y quien sabe qué motivos.
Foltra nació para ayudar, pero es el momento de que me ayude a mí mismo en el tiempo que me quede de vida. Lo siento por los que confiaron y me alegro por los que salieron beneficiados del nacimiento de Foltra, pero mi turno se ha acabado. Confío en que otros cojan el relevo, al menos cuando lean todo lo que ya empieza a publicarse en revistas médicas, que a nosotros no nos permitieron publicar por razones “éticas”.
Jesús Devesa
Catedrático de Fisiología Humana. Facultad de Medicina de Santiago.
Realmente fué un sacudón anímico tanto para nosotros como para todas las personas que estabamos detrás de este tratamiento, no podía creer que a sólo 8 días de la cita médica todo se desmoronaba y nada podíamos hacer. Por suerte el 5 a la tarde me llegaba la tranquilidad de saber que había sido sólo un mal momento del Dr y que todo iba a seguir funcionando como hasta el momento.
Esta última semana fue muy fuerte por todo el estrés que esto conlleva, tuve ataques de asma nerviosa, picos de presión, hipoglucemia, híperglucemia, evidentemente mi salud esta bastante frágil para soportar estos sacudones pero ya todo se va encaminando de a poco.
Hoy sólo me queda esperar a que mañana tengamos la mejor noticia que podamos estar esperando: que nos acepten como pacientes del tratamiento y que nos den fecha de viaje, a rezar!!!